Ocho meses después de la muerte accidental de su hijo de 4 años de edad, Howie y Becca intentan superar su dolor. Él quiere aferrarse a todo lo que le recuerde a Danny, mientras que ella desea vender la casa y empezar de nuevo. Las diferencias empiezan a aparecer en la relación cuando Howie se acerca a una integrante de un grupo de terapia y Becca se acerca a un adolescente con cicatrices en su rostro.