Mari y su amiga desean celebrar un día festivo en una casa a la orilla de un lago en Collingwood, pero en vez de eso, un fugitivo (Garret Dillahunt) y su equipo las secuestran y las abandonan moribundas. Mari regresa a casa, en donde sus padres, John (Tony Goldwyn) y Emma (Monica Potter), sin saberlo les ofrecen ayuda a los criminales. Cuando John y Emma descubren lo que le sucedió a su hija, deciden hacer que los desconocidos se arrepientan por lo que le hicieron a Mari.